EL VIAJERO. Geografía
íntima. |
"DILES QUE TUVE UNA VIDA MARAVILLOSA"
La Viena que vieron los Wittgenstein.
El hombre que supo renunciar a todo.
"Gretl". Klimt 1905
Un día el viajero se levantó
de la cama y se encontró por primera vez en su vida con una inmensa
tarta llena de velas. Tenía que ser inmensa para que cupiesen todos
los años, todas las velas.
Las velas se apagaron, pero la tarta
era tan grande que duró muchos días. Cuando la tarta se acabó
cerró los ojos y comprendió el significado del regalo que
había recibido. Cada vez que cerraba los ojos volvía a ver
la misma tarta, las mismas velas, la misma ilusión.
Cuando abrió los ojos ...
Cuando abrió los ojos había
pasado algún tiempo y estaba en un hotel viendo llegar a un viejo
camarero con una tarta idéntica y unos cafés.
Sus amigos de mesa porfiaban por
acertar cual de los hermanos Wittgenstein era el más asiduo a aquel
hotel. Sin duda era el pianista, así que como buenos vieneses hablaron
del hermano filósofo.
Hay que ser muy vienés para
renunciar a la mayor fortuna del mundo, ir a una guerra que se sabe perdida,
tener una hermana retratada por Klimt y lanzar el atizador de la
chimenea de un club británico de caballeros a otro vienés
por una rencilla filosófica que traían a cuestas desde Viena.
Pero sólo a un vienés se le ocurre morirse con esta frase:
"diles que mi vida fue maravillosa".
Este vienés era el filósofo
Ludwig Wittgenstein (Viena 26 de abril de 1889. Cambridge, Reino Unido,
29 de abril de 1951). Su padre, Karl Wittgenstein, comenzó a trabajar
en la construcción de un tren de laminado en Bohemia y diez años
después era un industrial que hizo su fortuna con el hierro y el
acero. A finales de los años 1880, Karl controlaba el hierro y el
acero dentro del imperio y fue uno de los hombres más ricos del
mundo.
La casa de los Wittgenstein era
la casa de la música, que tratándose de Viena es mucho decir.
Gustav Mahler era un asiduo. Toda la educación musical de Ludwig
sería muy importante para él. Incluso utilizó ejemplos
musicales en sus escritos filosóficos. La hermana de Ludwig «Gretl»,
fue pintada por Klimt para su retrato de boda en 1905. Su hermano mayor,
Paul Wittgenstein, se convirtió en un pianista concertista de fama
mundial, a pesar de ser manco. Y tres de sus cuatro hermanos se suicidaron.
Paul y Ludwig Wittgenstein se alistaron
en 1914. Ludwig escribió a la hermana diciendo que lo hacía
por amor a Austria pero que sabía el final de la guerra.
A Paul le amputaron el brazo y le
hicieron prisionero los rusos. Sólo la fortuna de la familia consiguió
libérale. Pero cuando volvió empleó su dinero en encargar
obras a Ravel, Prokofiev y Britten, y se convirtió en un famoso
pianista que tocaba sólo con la mano izquierda.
En 1919 Ludwig renunció a
la parte de la fortuna familiar que había heredado cuando su padre
murió. El dinero fue repartido entre sus hermanas Helene y Hermine
y su hermano Paul, e hizo prometer a sus hermanos que nunca se lo devolverían.
Durante la segunda guerra, la familia
Wittgenstein llegó a un acuerdo con Hitler para obviar su origen
judío. Paul y Ludwig ya vivían en el extranjero pero tuvieron
que salvar a las hermanas a cambio de dar inmuebles al gobierno nazi.
En año 1946, el viernes 25
de octubre, Ludwig Wittgenstein era presidente del Club de Ciencia Moral
de Cambridge e invitó a otro vienés, Popper (Viena, 28 de
julio de 1902 - Londres, 17 de septiembre de 1994). Entre los presentes
estaba Bertrand Russell.
En su autobiografía “Unended
quest” de 1974, Popper recuerda que mientras daba ejemplo filosóficos
reales, Wittgenstein los rebatía y no dejaba de mover el atizador
de la chimenea.
En esto Wittgenstein le pidió
que diese un ejemplo de ley moral y Popper le contestó: "No amenazar
a los conferenciantes invitados con un atizador".
Entonces Wittgenstein le arrojó
el atizador al suelo y salió dando un portazo.
Wittgenstein era indiferente a las
opiniones de sus colegas y escribió: “Me es indiferente que el
científico occidental típico me comprenda o me valore, ya
que no comprende el espíritu con el que escribo. Nuestra civilización
se caracteriza por la palabra 'progreso'. El progreso es su forma, no una
de sus cualidades, el progresar. Es típicamente constructiva. Su
actividad estriba en construir un producto cada vez más complicado.
Y aun la claridad está al servicio de este fin; no es un fin en
sí. Para mí, por el contrario, la claridad, la transparencia,
es un fin en sí”. (Aforismos. Cultura y valor, 30)
Murió en Cambridge, en casa
de su médico, el 29 de abril de 1951, tras negarse a recibir tratamiento
médico contra el cáncer de próstata.
Sus últimas palabras fueron:
"Diles que mi vida fue maravillosa".
Sólo los que van a las guerras
que saben perdidas pueden llegar al final con un "diles que tuve una vida
maravillosa" (“Tell them I've had a wonderful life.”). Los que no se atreven
no saben.
Cuando el viajero tuvo la tarta
delante cerró los ojos y pensó: diles que la vida es maravillosa
para los que se atreven. ¿Se lo dirás, verdad?.
Abrió los ojos y escuchó
como los españoles se quejaban de que les hubiesen dado la “suite
don Carlos” y es que cada suite del hotel lleva el nombre de una ópera.
Es curioso que a Verdi se le ocurriese estrenarla en París ante
la emperatriz de Francia, la española Eugenia de Montijo, que salió
de la ópera quejándose del trato que reciben los españoles.
El viajero cerró los ojos
y recordó la ópera “don Carlo” …
Otro tuvo la suerte de que le dieron
la suite “Don Giovanni”, que ocuparon Von Karajan y Nureyev, y que se abría
al balcón principal de la fachada.
El viajero cerró los ojos
y apagó las velas de una tarta que había sido su mejor regalo.
Diles que la vida es maravillosa para los que se atreven. ¿Se lo
dirás, verdad?.
Souvenirs desde un hotel con
nombre de tarta de chocolate.
|