VIAJE A TE ECHO TANTO DE MENOS

Seguro que lo último que dijo fue te echaré de menos.

El viajero se despertaba cada vez que soñaba con volverle a ver. 

Al despertar su único remordimiento era no haber aprovechado aquel momento para haberle abrazado diciéndole cuanto le quería.

El sueño parecía tan real que no se perdonaba no haber aprovechado la oportunidad estando con él.

El anciano viajero le echaba mucho de menos. Seguramente tenía miedo de reencontrarse y que no le diese el abrazo que esperaba.

En los sueños aparecía joven o viejo, según la noche, pero siempre era humilde. 

Sólo son humildes los grandes hombres, gritaba el viajero cuando lo contaba.

Al viajero le gustaba imaginar que sus últimas palabras fueron “te echaré de menos”.

Todos los viajes no valen nada si uno no está presente al final, por eso algunas culturas no viajan lejos hasta quedarse solos.

Al final los viejos buscan el perdón de las personas a las que amó, decía el viajero. No el perdón por lo que uno les ha hecho, que eso lo dan por la propia naturaleza, sino el perdón por no haber cumplido sus sueños.

Seguro que lo último que dijo fue te echaré de menos, por eso vuelve cada noche a darle el abrazo que tienen pendiente.