ESQUÍ. EL SACRIFICIO DE
LA TERRAZA.
Desde la terraza, con un vermut,
viendo el paisaje.
Disfrutar del esquí desde
la terraza con un vermut viendo el paisaje es como alcanzar el placer pero
sin sacrificio. Buenos paisajes, buen ambiente, nada de botas que duelan
…
Pero, ¿es posible el placer
sin sacrificio?. Puede, pero es otra cosa.
Subir la montaña, cargar
con los esquís, sentir el frio, temer la tormenta, dejarse llevar
por la pista, temer, disfrutar. Y luego llegar al hotel y quitarse las
botas para ir a bailar con ella.
Nunca es tarde para aprender, nunca
es tarde para romperse una pierna, nunca es tarde para un vermut en una
terraza andaluza, a miles de metros de altitud, viendo nieve y adivinando
al fondo el azul del mar mediterráneo que espera a media hora. Nunca
es tarde para llegar a la playa, bañarse y ver en lo alto la nieve
desde el mar. Otro vermut, por favor.
Nunca es tarde para aprender.
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